17 abr 2009

El grito de Somaly Man

Como lo prometido es deuda, vuelvo a la realidad con un enlace encontrado en el blog de Kurtz, que es de difusión obligatoria, porque el olvido, eludir por cotidiano y lejano, ignorar, son la muerte y a esa siempre hay que saber plantarle cara.

Más de 2.000.000 de menores son obligados a prostituirse, es una realidad demasiado aplastante para sustraerse de ella. El comercio sexual de menores sigue creciendo a niveles cada vez más alarmantes ante la pasividad de gobiernos y organismos internacionales.

Cinco minutos de placer carnal destrozan la vida de millones de niños en el planeta y es una aberración omitirlo y un deber recordarlo.

3 comentarios:

Kurtz dijo...

Gracias por la difusión. Es horrible que estas cosas sigan pasando. Ojalá est lacra del ser humano, como tantas otras, acabe de una vez.
Saludos.

Isabel dijo...

Gracias a ti por recordarlo. Creo que difundirlo es una obligación, porque es fácil olvidarse desde la comodidad que nos ofrece nuestra propia situación, de situaciones tan lacerantes, aberrantes, como el comercio sexual y la trata, explotación, de menores en general. Una lacra que va en aumento a pasos agigantados con un nexo común, la excesiva pobreza, lo que los excluye de sistemas de educación salud… un círculo vicioso del que tiene que ser muy difícil salir y en el que habría que pensar mucho más a menudo…lo mínimo que podemos hacer es recordar, reclamar, algo de justicia, de dignidad, de humanidad, para esas gentes olvidadas del planeta.
Y por supuesto condenar con todas nuestras energías y más, a esos monstruos que demandan tales aberraciones.
Ojalá la utopía se hiciera realidad. Ojalá.

Besicos.

Isabel dijo...

Alejandro: demasiados, siempre son demasiados. Gracias por pasarte.

Un beso.

PD. Lamento tanta demora, no estoy en racha, la dispersión me sigue acompañando.