Vacaciones.

Puerta de entrada al recinto ferial.



Estoy de vacaciones, ocho días ya, como pasa el tiempo…hoy toca balance, empecé el día 15, que pasé durmiendo, leyendo y pensando. A partir de dicho día siempre he tenido la sensación de que el verano acaba, no sé muy bien porque, quizá porque los días se van acortando, porque la feria de Almería comienza muy de seguido y ello paraliza la capital, aledaños e incluso a los ciudadanos…esta tierra mía es muy curiosa, el 90% de la población dedica diez días en cuerpo y alma a la mencionada feria, por las mañanas (alrededor de las 12:30, en los numerosos chiringos, que hay por toda la capital) música tapas tintos de verano, rebujitos, juerga…sobre las 6 de de la tarde café, copillas, salones de moda, discotecas y por la noche ale! Al recinto ferial, hasta altas horas de la madrugada.
Tras este inciso explicativo, voy a seguir contando mis raras vacaciones. Del 16 al 20, tres días hecha un trapo (mi ulcera haciendo estragos), con una única escapada al Alcampo, que no al campo (más hubiese querido yo), evidentemente a resarcirme, comprándome algunas chucherias de esas que tanto me gustan…camisetas, algún brillo de labios, limas y artículos varios que luego acabo por olvidar que los tengo. Naturalmente ejerciendo de ama de casa, que no entiendo yo porque no ejerce otro/a, ya que somos siete, sin contar a los perros, los gatos y la tortuga, en fin eso es harina de otro costal, que estoy estudiando y que si logro aprobar, estoy segura que otro gallo cantará.
Y así he llegado a mi precioso 21 martes, por fin vamos a la feriaaa, fue estupendo, pero eso ya lo contaré en otra entrada, porque ahora y como procede me voy de tapas, así evito hacer de comer, ejercer de ama de casa y encima me divierto…que más se puede pedir…