Acepciones y realidad

Felidad. Que palabra esta, tan complicada y tan hermosa a la par. Con esas mil acepciones y más que se le pueden aplicar. Efímera y permanente por igual, dependiendo de los ojos que la quieran mirar.
Felidad para mí es pasar por distintos estados de ánimo aceptándolos. Por tanto no es una utopía es una realidad, no tan difícil de alcanzar.

Es... Llorar hasta quedarme sin lágrimas.
Reír con alegría.
Llegar al placer a través de la expresión de un niño, el gesto de un abuelo, el movimiento de la cola de un perro o el runruneo de un gato.
Perdonar porque sí, sin más.
Tener siempre algo que hacer.
A quien querer.
Exigir poco de los demás.
No esperar, dar.
Escuchar música, dejarme llevar para inspirar al corazón.
Sentir la lluvia y luego ver salir el sol.
Sembrar amistad.
Un café en buena compañía.
Brindar afecto.
Una mirada complice o caricia furtiva de mi pareja.
La sonrisa y ternura de mi hija.
Hacer sin miedo a equivocarme.
Luchar para alcanzar mis metas.
Correr por participar, no para ganar.
Leer con el alma, colocando imágenes en la retina.
Mirar y ver.
Un abrazo sentido.
Opinar y no imponer.
Saber decir adiós cuando llega el momento y no exigir ninguna explicación.
Soñar despierta.
Oír los ecos del silencio.
Sentir el dolor en la misma medula.
…

Felicidad es todo esto y mucho más. Es, son, las pequeñas cosas que ocurren todos los días. Mi dosis de humildad al saber que no soy imprescindible, que no puedo salvar el mundo, aunque si hacer mi entorno más acogedor y tender mi mano a lo más cercano.
No es estar todo el día como un cascabel (mi mucho menos).
Simplemente, felicidad es querer lo que hago, mis eternas contradicciones y lo efímero del momento.

Al hilo de la felicidad….All for love. Un temazo con Bryan Adams, Rod Stewart y Sting...Porque la música es lo más cercano al amor que existe...Y el amor es lo más afín a la felicidad.