A medida que la pluma va trazando palabras en el papel, tus angustias desaparecen, y tus alegrías permanecen. Hace falta tener valentía para mirar en lo profundo de uno mismo, y traer lo que se ha visto hasta el mundo exterior, y hay que tener aún más valentía para asumir que, un día, lo que escribiste podrá y deberá ser leído por alguien. (Paulo Cohelo)